Informes recientes han subrayado la importancia de la formación intercultural para abordar las disparidades raciales y étnicas dentro de los sistemas de salud. Sin embargo, las experiencias educativas reales de los médicos residentes en esta área crucial siguen siendo en gran medida inexploradas. Este estudio profundiza en la comprensión de las perspectivas de los médicos residentes sobre la atención cultural, su preparación auto-evaluada para brindar atención de calidad a diversas poblaciones de pacientes y la naturaleza de sus entornos de formación en relación con la competencia intercultural.
En el invierno de 2003, se distribuyó una encuesta exhaustiva a un grupo seleccionado aleatoriamente de 3,435 médicos residentes en su último año de formación. Estos residentes representaban diversas especialidades, incluyendo medicina de emergencia, medicina familiar, medicina interna, obstetricia/ginecología, pediatría, psiquiatría y cirugía general en varios centros de salud académicos de EE. UU. La encuesta tuvo como objetivo capturar una perspectiva amplia sobre la educación en atención cultural dentro de los programas de residencia.
El estudio obtuvo respuestas de un significativo 60% de los residentes muestreados, totalizando 2,047 participantes. Una abrumadora mayoría, el 96%, afirmó la importancia entre moderada y alta de abordar los factores culturales en la atención al paciente. Si bien una pequeña fracción, solo el 8%, se sintió generalmente no preparada para atender a diversas culturas, una proporción notable expresó falta de confianza en aspectos específicos de la atención cultural. Esto incluyó el manejo de pacientes con creencias de salud diferentes a la medicina occidental (25%), la atención a nuevos inmigrantes (25%) y la gestión de la atención al paciente influenciada por creencias religiosas (20%). Además, casi una cuarta parte (24%) admitió carecer de las habilidades necesarias para identificar las costumbres culturales relevantes que afectan el tratamiento médico. Esto contrasta marcadamente con su confianza en las habilidades médicas básicas, donde solo el 1%-2% se sintió no preparado en los procedimientos clínicos rutinarios dentro de sus especialidades.
La investigación destacó una brecha significativa en la formación. Una parte sustancial de los residentes, que oscila entre un tercio y la mitad, informó haber recibido una instrucción mínima o nula específica en áreas clave de atención intercultural más allá de su educación médica básica. La evaluación formal en atención cultural durante las residencias también fue deficiente, con informes que van desde el 41% en medicina familiar hasta un preocupante 83% en cirugía y obstetricia/ginecología que indican poca o ninguna evaluación. Los obstáculos identificados para brindar una atención cultural eficaz incluyeron las restricciones de tiempo (58%) y la falta de modelos a seguir visibles en esta área (31%).
En conclusión, la preparación percibida de los médicos residentes para brindar atención cultural está significativamente por detrás de su preparación en habilidades clínicas y técnicas tradicionales. A pesar de reconocer la importancia de la atención cultural, los programas de residencia parecen asignar un tiempo insuficiente para abordar las complejidades culturales y proporcionar formación, evaluación formal o tutoría limitadas en este ámbito. Estos mensajes inconsistentes del entorno educativo subrayan una necesidad crítica de mejoras sustanciales en la educación intercultural. Dichas mejoras son esenciales para abordar eficazmente las disparidades raciales y étnicas y garantizar una prestación equitativa de atención médica para todas las poblaciones de pacientes.